10 julio, 2006

EL VALOR DE UN PADRE


Acaba de terminar el viaje del Papa Benedicto XVI España y todavía resuenan en mis oídos todas y cada una de las cosas que ha venido a "enseñarnos", repitiéndolas con un lenguaje claro y sencillo, como hace un padre con un hijo al que siente que puede perder por las nocivas influencias de las que está rodeado.

El Papa, aprovechando el V Encuentro Mundial del las Familias, nos ha venido a recordar todas aquellas cosas que ya sabíamos pero que, debido a la machacona propaganda de los enemigos de la fe, teníamos el temor de empezar a olvidarlas. Y las ha dicho delante de aquellos que más enconadamente han trabajado en contra de la familia, del matrimonio, de los derechos de los no nacidos, ...; y de aquellos otros que, pese a ocupar los más altos puestos de representación, con su silencio se hacen cómplices de las tremendas barbaridades que día a día se comenten en todos los rincones de nuestro país.

Al igual que durante el pontificado del queridísimo e inolvidable Juan Pablo II, una voz fuerte, cargada de las razones que dan la certeza de transmitir la verdad, ha vuelto a gritar a los cuatro vientos que la institución familiar está plenamente vigente; que es la célula básica de la sociedad; que está fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer; que es el ámbito en donde el ser humano puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de modo integral; que es en su seno en donde los padres tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos en el descubrimiento de su identidad, iniciarlos en la vida social, en el ejercicio de su libertad moral en su capacidad de amar a través de la experiencia de ser amados; ..., y por si fuera poco, nos recordó que no se puede prescindir de Dios porque es el garante de la verdadera libertad, y porque en el origen de todo ser humano no existe el azar o la casualidad, sino un proyecto de su infinito Amor.

Benedicto XVI ahora, y antes Juan Pablo II, nos han mostrado el valor de un padre en la fe al transmitirnos la tranquilidad necesaria para afrontar los problemas que nos puedan surgir en esta sociedad en la que parece que vamos a contracorriente.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Efectivamente si algo es caracteristico a Juan Pablo II y a Benedicto XVI es que son padres. Padres que con su consejo sabio y su ejemplo de vida entregada animan a sus hijos a ser mejores. Bienvenido a la blogosfera, hacen falta muchos bloggeros como tu.

10/7/06 18:22  

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