23 noviembre, 2006

MILES DE FAMILIAS DESTROZADAS


Desde que el 31 de julio de 1959 un grupo de estudiantes radicales disidentes del colectivo EKIN fundara en Bilbao la organización criminal ETA (Euskadi Ta Askatasuna -Euskadi y Libertad-), han sido decenas de miles las familias destrozadas de un modo directo (por haber perdido o haber resultado herido alguno de sus miembros) o indirecto (por haber sufrido la pérdida de sus bienes o por haber presenciado la brutalidad de los métodos empleados en los atentados). Decenas de miles de familias -como la tuya o como la mía- que, en ningún caso, tenían la más mínima culpa de que un grupo de fanáticos, siguiendo los principios de un loco racista, fueran capaces de cometer los más horrendos crímenes para conseguir implantar su ideología basada en cuatro pilares básicos: la defensa del euskara, el etnicismo (como fase superadora del racismo), el antiespañolismo y la independencia de los territorios que, según reivindican, pertenecen a Euskadi: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra (en España), y Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia).

Hoy, casi medio siglo después, con una España teñida de sangre por unos asesinos a sueldo y unos políticos que quieren claudicar ante la bestia por motivos no muy claros, quiero que este sea mi homenaje a todas y cada una de las casi mil víctimas mortales, a cada uno de los heridos en los cientos de atentados terroristas que han tenido lugar en este tiempo, a cada uno de los miles de afectados por esa lacra que parece no tener fin. Y por supuesto a las esposas, maridos, hijos e hijas, padres y madres, y a todos los demás familiares que han sufrido en silencio, y que en muchas ocasiones han sido tratados injustamente con desprecio y desdén, y que incluso se han tenido que llegar a esconder para poder enterrar a sus muertos, a nuestros muertos, a esos muertos que sin buscarlo dieron su vida por la libertad. Por esa libertad que hoy sólo la disfrutan en plenitud los dirigentes de aquellos que los mataron, y que si nadie lo remedia será copada por sus asesinos, como colofón del proceso de rendición de España ante un puñado de criminales.

Apoyemos a las víctimas de tanta sinrazón de forma incondicional, y si alguna vez tenemos deseos de abandonar sólo debemos pensar que cualquiera de ellos podríamos haber sido uno de nosotros.

Etiquetas: , , ,