08 octubre, 2006

EL MARKETING DEL MAL


Desde hace algunos años contemplo cómo todos los ataques que está recibiendo la sociedad, a través de la familia, tienen el mismo patrón. Y es que, en multitud de ocasiones, he tenido la impresión de que esto no se debía al azar o a evoluciones de la sociedad más o menos lógicas, sino que era una secuencia de campañas perfectamente estructuradas cuyo fin era dar un cambio radical a la sociedad encaminado a que se perdieran los valores tradicionales. Y aunque estuviera convencido de que esto era así, no tenía pruebas para demostrarlo. Hasta hoy, que he encontrado un artículo publicado en Diario de Navarra, el 22 de septiembre de 2004, bajo el título “Recetario para una campaña pro-eutanasia”, cuyos autores recuerdan que hace tiempo que “se describieron cuáles deben ser los pasos -cuidadosamente cronometrados- que hay que dar para lograr una estrategia de marketing social que consiga que muchos ingenuos se traguen la aceptabilidad de la eutanasia. Estos pasos sucesivos para engañar a candorosos son:
1 Búsquese un caso lacrimógeno.
2 Désele toda la publicidad posible a ese caso.
3 Cuando todos conozcan el caso lacrimógeno, hágase una trasgresión abierta de la ley.
4 Désele toda la publicidad posible a esa trasgresión.
5 Búsquese a un enemigo para demonizarlo y ridiculizarlo de modo caricaturesco y cruel.
6 Difúndase que la eutanasia es una "realidad social" y que el legislador debe regularla.
7 Defiéndase una ley que tenga -sólo en su letra- un carácter altamente restrictivo.
8 Una vez conseguida la aprobación de la ley, basta con ir interpretándola cada vez más laxamente para llegar a un uso generalizado de la eutanasia.”

Después de una lectura detallada, he visto claramente cómo cambiando sólo la palabra eutanasia por aborto, divorcio, píldora del día siguiente, “matrimonio homosexual”, ..., se ha conseguido cambiar el pensamiento de la sociedad y aprobar leyes que, en absoluto, estaban demandadas.

Conocido el enemigo y conocidas las armas que utiliza es mucho más fácil combatirle. Como dijo Emund Burke, “Para que la maldad prospere sólo se necesita que el hombre bueno no haga nada”. Empecemos por combatir el marketing del mal con el marketing del bien, y no olvidemos que España es un laboratorio en el que se experimenta, tanto para bien como para mal, todo lo que posteriormente se aplica en el mundo hispano.

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8 Comments:

Blogger Cristian said...

Realmente muchas campañas llegan a ser terroríficas Luis. Da una impotencia tremenda a veces. Si no supiéramos que estamos con Dios, y que podemos educar a los nuestros, no se qué sería del mundo. Benciciones.

9/10/06 07:10  
Blogger Mara said...

Cuando hablabas me acordaba del marketing en el campo de los homosexuales, me voy a permitir un breve resumen, creo que no está mal saberlo para estas atentos: peliculas como Filadelphia, la boda de mi gran amigo, son 2 de las que abrieron el campo: el homosexual siempre era el personaje que te arrancaba los mejores sentimientos, era del que te "enamorabas"cariños, atento, inteligente, sensible, era maravilloso. Asi siguieron varias mas. Y en España, cada cierto tiempo surgia un caso especial: el guardia civil que se queria casar con su compañero, el militar, el famoso y recuerdo el caso de un cura que hablaba de su homosexualidad, todos con su historia iban "promocinando" el tema, pertenecian a "estamentos conservadores" y nos metian hasta en la "sopa" que ellos habían reconocido y no pasaba nada... Me he extendido mucho, perdona, pero es un tema muy amplio y no nos damos cuenta de como nos van metiendo ideas de fondo sin apenas darnos cuenta..

9/10/06 08:29  
Blogger Luis Fuertes said...

P. Cristian, precisamente por estar con Dios tenemos la obligación de educar a los nuestros y tratar de hacer lo mismo con los que no son nuestros, como usted seguro que hace. Así podremos hacer que el mundo cambie, como tantas veces lo ha hecho a lo largo de la historia.
Le tengo muy presente.

Estarjo, nunca un comentario es extenso si con el se puede poner de manifiesto algo que ayuda a los demás. Al respecto de lo que dices te cuento que el padre de un amigo mexicano lleva años analizando las películas que producen ciertos "grupos" de la Meca del cine. Te sorprendería saber cómo lo que tu has denunciado es sólo una pequeña parte del iceberg de los hechos con los que esos "grupos de presión" atacan a la Iglesia Católica y a los valores de la sociedad que ésta presenta.
Gracias por tu comentario.

9/10/06 23:35  
Blogger Mara said...

Pues si me puedes dar informacion sobre ese tema o decirme donde la puedo conseguir te lo agradecería¡¡¡

10/10/06 09:30  
Blogger Silvio Eberardo said...

Luís,

Excelente artículo. Acá en Brasil hemos encontrado algo muy similar. Aún que el aborto esté totalmente explicito en el programa de gobierno del posible otra vez presidente Lula, mucha gente no lo sabe.

Creo que el desafio es hacer la competencia: utilizar los medios (desde blogs o lo que sea) para difundir un marketing del bién.

Saludos desde Petrópolis - Rio de Janeiro - Brasil

10/10/06 14:14  
Anonymous Anónimo said...

Mi querido amigo Luis:
no conocía la cita de Emund Burke (“Para que la maldad prospere sólo se necesita que el hombre bueno no haga nada”), pero coincido contigo (¡¡una vez más!!) en que me parece de rabiosa actualidad.
Los hombre buenos no hemos hecho lo suficiente, por no decir casi nada, cuando se aprobó el aborto, cuando se aprobó el matriomonio de homosexuales con posibilidad de adopción, cuando se nos prohibe educar a nuestros hijos én base a nuestros valores, cuando...
Hay ocasiones que los hombres buenos no podemos dejar pasar:el estatuto de Cataluña, que atenta contra España y contra la familia, fue aprobado por una minoría porque la mayoría de los hombres buenos no fueron a votar; igual pasó con las elecciones en el País Vasco en las que la parte sana del PSOE (Nicolás Redondo Terreros) unificó criterios con el PP de Mayor Oreja; no consiguieron mayoría absoluta porque muchos hombres buenos no votaron.
Hay que erradicar esa inactividad y asumir el valor del compromiso con nuestras ideas, cion nuestros valores. Y hay que hacerlo por muchos motivos de peso sustancial; está en juego el mundo en el que nuestros hijos serán adultos; es decir, está en juego su felicidad y, en consecuencia, la nuestra.

Un abrazo muy fuerte.
Iñaqui.

11/10/06 12:22  
Blogger Luis Fuertes said...

Estarjo, estoy en ello.

Seberard, gracias por tu visita. Estoy de acuerdo en tu apreciación de "hacer la competencia" y con que es un gran desafío. Todas las manos son pocas para luchar contra el mal. Bienvenido.

Querido amigo Iñaqui, que puedo añadir a un comentario que sobrepasa en tanto al post inicial ...
Pero tienes razón, lo que está en juego es mucho, tanto que merece la pena cualquier sacrificio por dejarles a nuestros hijos ,al menos, un futuro como el que nos dejaron nuestros padres a nosotros.
Un abrazo

12/10/06 00:15  
Blogger Águila libre said...

Hola:

Sabes, encuentro genial la forma que tienen estos personajes que hacen las campañas del mal. Por qué lo digo? no porque este de acuerdo, al contrario, simplemente porque a una persona que no tiene sus valores absolutamente seguros (y aunque como yo, tal vez no tengo tantos conocimientos, pero sé lo que está bien y lo que esta mal y de ahí nadie me saca), es muy fácil que se deje llevar por lo que dice la mayoría, porque si le están lavando la cabeza de a poco, obvio que es fácil caer.

Sabiendo como actúan ellos, podemos fácilmente usar sus mismas técnicas para hacer que las cosas se hagan pero para el lado del bien y pienso que lo mejor es no quedarse callados.

Y lo último, yo soy una mujer común y corriente, como dice nuestro amigo Cristian (así me pusó en su link), pero tengo muy claro lo que si permite Dios y lo que no y me atrevo a decir lo que sea en mi blog, aunque me quieran lapidar como dijo alguien en un comentario, y cuando ven que alguien igual que todos, se atreve a gritar lo que piensa sin temor a lo que dicen los demás, también se atreven a hacerlo. De echo en mi último post, una persona me dijo que lo haría. (un post contra la ley de aborto).

Creo que el problema que muchos de nosotros a veces no nos atrevemos a decir lo que pensamos porque sabemos que somos minoría, pero si nos atrevieramos más, probablemente le daríamos la fuerza a otras personas que piensan igual pero no se atreven a decirlo.

Mil cariños

María Paz

15/11/06 02:03  

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