08 octubre, 2008

FOMENTAR LA COEDUCACIÓN


No saben qué hacer. Lo intentan una y otra vez y no lo logran. Intuyen que el éxito de su “revolución” consiste en que se rompan los nexos de unión entre padres e hijos, porque de esta manera es más fácil actuar sobre las conciencias de estos últimos. Han escuchado que para que un cambio en la sociedad triunfe, uno de los pilares en los que tienen que incidir es en el sistema educativo. Y allá están afanándose al igual que han ido haciendo en los años precedentes. Primero, con la inmersión lingüística; luego, dando a los alumnos a elegir entre asignatura de religión o asignatura de ética, careciendo esta última de contenidos y en la mayoría de los casos siendo impartida al mejor criterio de profesores sin formación; después eliminando la ética y sustituyéndola por juegos para aquellos que no quisieran cursar religión; últimamente, implantando por Real Decreto la asignatura de claro adoctrinamiento ideológico mal llamada Educación para la Ciudadanía (de la que adjuntamos un exhaustivo análisis de los libros de texto que se están utilizando este curso para que se pueda comprobar el tipo de “educación” que se está impartiendo). Y ahora, la última embestida es la de fomentar la “coeducación” (otra palabreja hueca como las que tanto les gustan), por supuesto y como viene siendo norma en todas estas actuaciones, saltándose “a la torera” el deber de informar a los padres.

Es cierto que, a estas alturas, la capacidad que tienen nuestros gobernantes de sorprendernos es prácticamente nula, porque se les ve venir. Y no es menos cierto que la mayoría de los ciudadanos, por desgracia, ya no nos escandalizamos casi por nada. Pero sucede que, nuevamente, lo que está en juego es la educación de nuestros hijos, y lo que ha pasado esta vez en Cataluña podría pasar mañana en cualquier parte de nuestro país. Y esta es una línea que ya no podemos dejar que la traspasen, lo mismo que han hecho los padres de esos niños a los que su centro escolar quería obligar a que “compartiesen los vestuarios para ducharse” bajo el pretexto de aplicar la "coeducación" y "fomentar el respeto y la naturalidad en la aceptación del propio cuerpo y de los demás, sin poner barreras que obliguen a separar a alumnos por sexos".

De aquí a que a algún iluminado se le ocurra plantear la iniciativa de hacer colegios nudistas para fomentar “la naturalidad” no falta nada. En el peor de los casos no será aprobada, pero servirá para que durante unos días no se hable de la crisis económica. Esa que durante tanto tiempo nuestro Presidente ha dicho que no existía.

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